viernes, 2 de octubre de 2015

INFLAMACIÓN

Proceso tisular constituido por una serie de fenómenos moleculares, celulares y vasculares con el fin de defender al organismo de agresiones físicas, químicas y biológicas, que provoca una respuesta fisiológica. 
Proceso inflamatorio
- Focalización 
  Tiene a circunscribir la zona de lucha contra el agente agresor
- Respuesta inflamatoria inmediata
 (De urgencia e in especifica)
- Foco inflamatoria
 Atrae células inmunes de tejidos cercanos

La inflamación engloba los 4 signos cardinales de la inflamación.
· Calor
· Rubor 
· Tumor 
· Dolor

 



Fases de la inflamación ´
1. Liberación de mediadores
Moléculas, estructura elemental que son liberadas o sintetizadas por el mastocito bajo  la actuación de determinados estímulos.
2. Efecto de los mediadores
Ya que son liberadas las moléculas producen alteraciones vasculares y efectos quimiotacticos que favorecen la llegada de moléculas y células inmunes al foco inflamatorio. 
3. llegada de moléculas y células inmunes al foco inflamatorio. Proceden en la mayor parte de la sangre.
4. Regulación del proceso inflamatorio.
El fenómeno inflamatorio tambien integra una serie de mecanismos inhibidores tendientes a finalizar o equilibrar el paciente
5. Reparación
Fase constituida por fenómenos que van a determinar la reparacion total o parcial de los tejidos dañados por el agente agresor o por la propia respuesta inflamatoria. 



Bases anatómicas
  • Respuesta inmediata: contracción de las células endoteliales y ensanchamiento de la unión intercelular. Favorecido todo esto por sustancias como la histamina, la bradiquinina y los leucotrienos.
  • Respuesta tardía: reorganización del citoesqueleto (retracción endotelial) y apertura de las uniones intercelulares favorecido por sustancias como la interleuquina-1 (IL-1), interferón-γ (IFN-γ) y factor de necrosis tumoral (TNF).
  • Respuesta inmediata prolongada: lesión endotelial directa con necrosis y desprendimiento de las células endoteliales por exceso de agente inflamatorio en los vasos.

Mediadores químicos
Pueden estar presentes en el plasma y deben ser activadas para ejercer su función. También puede estar en las células donde permanecen almacenadas siendo secretadas o sintetizadas de novo en respuesta a un estímulo. Estas células son principalmente las plaquetas, los polimorfonucleares, monocitos, macrófagos y mastocitos.
Estas sustancias pueden tener efectos autocrinos, paracrinos o endocrinos.
Una vez liberados y activados tienen muy poca vida media debido a su efecto tóxico, la mayoría tienen efectos secundarios perjudiciales como son la destrucción de tejidos, convirtiéndose así la inflamación en una autoagresión.


Aminas vasoactivas
  • Histamina: se encuentra en células cebadas, basófilos y plaquetas almacenada en gránulos que secretan ante agentes inflamatorios, moléculas del complemento (C3a, C5a), proteínas lisosomales, IL1, IL8. La histamina es el gran mediador de la fase aguda, sus efectos son:
    • Vasodilatación de arteriolas y vénulas.
    • Alteración de la permeabilidad en las vénulas.
  • Serotonina: almacenada en célula enterocromoafines, plaquetas y células del sistema nervioso. Su liberación se produce gracias al factor activador de plaquetas (PAF). Sus acciones son muy semejantes a las de la histamina.

Reparación

Cuando las causas de agresión desaparecen o son eliminadas por la respuesta inflamatoria.
- Proceso de reparación
Llegada de fibroblastos: Proliferan y sintetizan colágeno.
Proliferación de células epiteliales y proliferación de vasos dentro de la herida. 
                       
                            


Farmacología de la inflamación. 

Entre los fármacos capaces de reducir los signos y síntomas de la inflamación se encuentran los AINES y los glucocorticoides. El grupo de AINES está conformado por fármacos de muy diversa estructura química que comparten su capacidad de inhibir la actividad de la COX y, con ello, la síntesis de prostaglandinas y tromboxanos. Los glucocorticoides son fármacos con efectos metabólicos, antiinfl amatorios e inmunosupresores muy poderosos. Dentro de este grupo se pueden distinguir a los glucocorticoides en los que predomina el efecto antiinflamatorio (betametasona, dexametasona, triamcinolona), los cuales no producen efectos mineralocorticoides o éstos son mínimos. Los glucocorticoides inhiben la formación de la fosfolipasa A2 y, en consecuencia, la liberación de ácido araquidónico, el principal precursor de prostaglandinas. Además de los inhibidores de la COX y de los glucocorticoides, en este capítulo se menciona otro tipo de antiinflamatorios que se utilizan principalmente en procesos inflamatorios crónicos (artritis reumatoide) y aquellos que se utilizan en el tratamiento de la gota.

Inhibidores de la ciclooxigenasa 

Este grupo (AINES) está constituido por numerosos miembros, entre ellos ácido acetilsalicílico (considerado prototipo), ácido mefenámico, diclofenaco, dipirona, fenilbutazona, fenoprofén, flurbiprofén, ibuprofénindometacina, cetorolaco, nabumetona, naproxén, tenoxicam y tolmetín. 

Glucocorticoides 
Los glucocorticoides son fármacos que tienen propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras muy poderosas. Previenen y suprimen las manifestaciones tempranas y tardías de los procesos inflamatorios. 

Antirreumáticos 
La artritis reumatoide es un padecimiento crónico, de etiología desconocida y naturaleza autoinmunitaria. Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica que se caracteriza por afectar la membrana sinovial de varias articulaciones; con el tiempo, se presenta erosión ósea, destrucción del cartílago y puede ocurrir pérdida total de la articulación. También tiene manifestaciones extraarticulares graves. 

                                              


jueves, 27 de agosto de 2015

Historia de la exodoncia


La exodoncia es definida como el procedimiento de separar el órgano dentario de los tejidos que lo mantienen unido al resto del organismo, como lo son el hueso alveolar, ligamento periodontal y encía, haciéndolo idealmente sin dolor y sin dañar los tejidos circundantes.


En casi todos los tratados sobre la historia de la extracción dentaria, aparece que los primeros conocimientos al respecto se remontan a las enseñanzas de Hipócrates (460-377 a.n.e.) entre los griegos. En dichos tratados se citan como  primitivos y rudimentarios antecesores de los “forceps” que usan los dentistas modernos al “odontagogo” y a la “rizagra” como los instrumentos empleados respectivamente para los dientes y las raíces entre los romanos en el siglo II. El  año 700 se registra como el de la formulación de las primeras regulaciones de la extracción dentaria y del invento del descarnador para mover el diente.







En la Edad Media, la extracción se hacía básicamente por frailes, barberos y empíricos, que usaban un instrumento de hierro llamado “dentario”, predecesor del “pelícano” que apareció en 1550 y del cual Ambroise Paré (1510-1590) dejó dibujos y descripciones. En una obra publicada en 1560, el padre de la cirugía moderna advertía a los dentistas que se requerían ciertas habilidades para el uso del pelícano, pues existía el riesgo de que se arrancaran tres dientes sanos a la vez y se dejara el diente enfermo dentro en la boca.
  









El pelícano se utilizó durante más de 200 años y en los albores del siglo XVII se comenzó a hablar de otros instrumentos como el botador, el tiradientes y la pinza pico de cuervo. En el siglo XVIII, específicamente en 1728, se modificó el pelícano y, para usar el botador, se golpeaba sobre él con un mazo de plomo a fin de hacer saltar el diente. Años más tarde se inventó una llave, que se usó durante cerca de 100 años para la extracción de dientes y muelas.



Los instrumentos de este género se continuaron modificando empíricamente, hasta que en 1954 se construyeron los primeros forceps anatómicos, mediante la modelación de las piezas sobre dientes naturales, de manera de lograr una adaptación perfecta. Desde entonces, también los forceps fueron sufriendo una serie de transformaciones, hasta llegar a los que se utilizan actualmente.
Haciendo un aparte con los chinos, vale señalar que 800 años de nuestra era éstos tenían verdaderas escuelas de exodoncia. Los alumnos eran provistos de unas tablas con numerosas perforaciones, en las que se insertaban clavijas de madera que debían sacar con los dedos pulgar e índice. Luego iba en aumento la resistencia de las clavijas insertas, que se debían tirar con gran fuerza para extraerse. Tras adquirir notable habilidad en sucesivas prácticas, los adeptos se dedicaban a extraer dientes de la boca de algún sufrido paciente. Lograda la destreza y el poder digital que satisfacía al maestro, se “graduaban” de manera solemne y se convertían en dignos exponentes de esta especie de odontología destructiva. De lo anterior se infiere que fueron los dedos los primeros forceps con que contó la humanidad para ejecutar las extracciones dentales.




Como se puede razonar, muchos cientos de años  han tenido que pasar para que la odontología dejara de ser una práctica manual empírica y se convirtiera en una de las disciplinas más importantes de las ciencias de la salud. La cada vez más perfecta aplicación de soluciones anestésicas para evitar el dolor, el instrumental quirúrgico y el material terapéutico disponible, la radiografía dental y la absoluta asepsia garantizada en este tipo de operación, son el índice más elocuente de la evolución de esta ciencia, gracias a lo cual ha quedado en la bruma del recuerdo aquella temida figura que, hierro en mano y rodilla sobre el pecho del aterrorizado paciente, trae a la memoria alguna siniestra imagen del tiempo del inquisidor Torquemada.